viernes, 18 de abril de 2008

Rebeca

¿Por que llora la niña? No te respondimos; te dimos un juguete.Seguíamos con las preguntas; vimos tu cicatriz. Mañana la operan dijo el doctor al que le adquiriste confianza. Agarra el otro pollo. Este es mío la niña tiene dos.Nos querían a las 8 de la mañana, con nuestras batas, sin más preguntas. Lamentándonos; no queríamos ver. Y aquí estamos en una sala de recuperación. Los gritos más puros de dolor que claman por una madre, una que no puede estar más aquí. Afuera la espera es inconsolable. Te mentimos: no te preocupes vas a estar bien verás a tu mamá e insistimos.
No te pudimos consolar:
ni con los juguetes ni el guante inflado improvisado, ni el ya viene tu mamá, ni la droga en tu vena que debió ser suficiente.
El rostro pintado en el guante una sonrisa: coqueta chistosa. Reflejaba aquello que no estaba en ninguna cara de todos a tu alrededor.
El calmante al fin hizo un poco de efecto calmo tus gritos que decían: me quiero ir; no quiero estar aquí. En la sala de operación no te quisiste recostar. Te sostuvimos por la espalda aún estás despierta. Tambaleante por los efectos de la droga. Estás más trato distraerte con el guante sonriente. No haces caso la segunda dosis te hizo caer. Sostenemos tu mano yo alcanzo a sentir tu fuerza. Eres tierna, bella y valiente; valiente no por elección. Porque a los 3 años no se pasa por esto. Tu llanto se ha ido.

Nos calmamos un poco todos empiezan a lavarse, vestirse y todo el ritual que implica esto.

Observamos atónitos, yo nunca vi antes algo igual.
Una hora y media han pasado:

Corta aquí.
Liga allá.
Limpia esto.
Cauteriza eso.
Se ve bien no parece estar más afectado
de lo que creímos.

Veo liviana y pálida tu extremidad pero esta vez ya no estas unida a ella. Se tenía que hacer porque es lo mejor. Sentimientos encontrados. Y nos terminamos consolando.En la bolsa amarilla yace tu brazo aun tibio, minutos atrás fue parte de tiahora. Te faltará: limitará. Tendrás que ser valiente, no por elección.Me voy antes de ver que te quiten las telas que cubren el resto de tu cuerpono soy tan valiente como tú. No te puedo mentir. No puedo decir que todo estará bien. Te deseo lo mejor esto es lo que hacemos nosotros. Hacer lo mejor; desear lo mejor.
Es lo único que queda por hacer.

2 comentarios:

Pier dijo...

me gusta...

):

paola dijo...

Alguna vez alguien me dijo, o lo leí, que se llevan flores a los hospitales para regalarle a quien está internado algo que muera antes, algo más hermoso e increíblemente más perecedero. Mirar el color que se marchita, y saber que no es la retina la que agoniza, tal vez desmayarse y caer sobre pétalos ocres llenos de experiencia. Ver de primera fuente que no importa el nivel del agua en el florero transparente, como no importa el suero ni las líneas diminutas de las jeringas. Uno cree que llena de vida el cuarto de hospital, busca el jarrón, el florero, llama a la enfermera para pedir uno, lo coloca sobre la mesa más próxima a la ventana abre un poco las cortinas y listo: la cuenta gota.

ese texto es de omar pimienta